Mecánica celeste en Grecia y Roma

Desde la Antigüedad el hombre observó que existían astros en el cielo que, con el paso de los días, describían trayectorias irregulares. Estas trayectorias las realizaban con una velocidad variable. En el siglo VI, a estos cuerpos el filósofo griego Anaxímenes los denominó Planetas, para diferenciarlos de las estrellas.

Grecia antigua

Las primeras teorías sobre el movimiento las realizó otro matemático, filósofo y astrónomo griego, Eudoxio, en el siglo V a.C. Consistían en unas esferas cristalinas concéntricas que con sus movimientos regulares representaban los movimientos de los planetas. Para reproducir los movimientos del Sol necesitaba tres esferas, al igual que para la Luna; para los planetas entonces conocidos utilizaba cuatro, formando un total de 27 esferas.

Teoría geocéntrica de la época clásica

Siguiendo en la Grecia Antigua, el filósofo Aristóteles se encargó de modificar el sistema de Eudoxio. Lo convirtió en un modelo compacto mecánico que utilizaba 55 esferas para representar los movimientos planetarios. Tanto en los modelos de Eudoxio como en el de Aristóteles la Tierra ocupaba el centro del universo conocido.

Aristarco e Hiparco

Fue el astrónomo griego Aristarco de Samos el primero que formuló uno teoría heliocéntrica. Su tratado se basaba en la hipótesis de que tanto las estrellas como el sol permanecían inmóviles, mientras que la tierra giraba alrededor del sol según una circunferencia, siendo el sol el centro de esa órbita.

Las aportaciones de Hiparco de Nicea han sido trascendentales para la Astronomía, y en especial para la mecánica celeste. A él se debe el primer catálogo que se realizó de las estrellas; la división del día en 24 horas de igual duración; el descubrimiento de los equinoccios; distinguió entre año sidéreo y año trópico; fijó con mayor precisión la distancia entre la Tierra y la Luna y fue el inventor de la trigonometría y de los conceptos de longitud y latitud geográficas.

En tiempos de los romanos

Ya en los primeros tiempos del Imperio Romano, el astrónomo greco-egipcio Ptolomeo realizó una revisión de algunas de las teorías de Hiparco, pero basándose en la teoría geocéntrica. A pesar de ello realizó un magnífico trabajo empírico estudiando una gran cantidad de datos existentes sobre el movimiento de los planetas.

Modelo geocéntrico de la Antigüedad

Con ellos construyó un modelo geométrico que explicase sus posiciones en el pasado y fuese capaz de predecir sus posiciones futuras. Su legado más importante fue el Almagesto, que sigue siendo el libro más destacado en la astronomía geométrica predictiva. Explica los movimientos de los planetas dentro de un sistema geocéntrico, en el que el Sol, la Luna y los planetas giran alrededor de la Tierra en círculos epicíclicos (círculos cuyos centros, a su vez, se mueven en círculos; demasiado complicado para ser cierto).


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