El Sol y la vida

Sol y vida

Uno de los pocos puntos sobre el cual los científicos actuales están de acuerdo con los de la antiguedad es que el Sol es la fuente de toda forma de vida sobre la Tierra. El continuo fluir de energía radiante que baña la superficie de nuestro planeta, y que proviene de aquél auténtico infierno termonuclear que es el Sol, ha permitido a la vida desarrollarse y prosperar.

Los estudios más precisos sobre el Sol han revelado que nuestro astro rey no posee zonas verdaderamente sólidas. Aparece como una enorme bola de gas, en cuyo centro la presión gravitacional es tan alta como para hacer que el gas se convierta en semisólido.

El Sol tiene una superficie amarilla luminosa, conocida como fotosfera, con una temperatura variable entre los 10.000O ºC y los 4.400O ºC en la parte más externa. Son temperaturas extremadamente altas, pero casi sin valor en comparación con las de su núcleo que, se estima, superaría los 15 millones de grados centígrados. Sobre la fotosfera existe una cobertura de gas de color rosado que tiene temperaturas que oscilan entre los 4.400 y el millon de grados centígrados. Es conocida como cromosfera.

La región del Sol más externa y extensa que se conoce es la corona, compuesta de vapores, filamentos y rayos de luz blanca. El gas que la alimenta está a unos dos millones de grados centígrados y, precisamente a causa de estas altísimas temperaturas, el gas ionizado de la corona (llamado plasma), es impulsado desde la superficie del Sol hacia el espacio. Estas partículas de la corona solar constituyen el viento solar, que llega hasta la Tierra.

Las manchas solares, uno de los fenómenos más conocidos de nuestro astro, son probablemente vórtices de gas provocados por complicadas corrientes gaseosas del Sol. Cuando la actividad solar es muy intensa, se observan las llamadas protuberancias, lenguas luminosas que salen de la cromosfera, y las famosas erupciones.

Existen muchas relaciones entre los fenómenos solares y la vida sobre la Tierra. Una relación evidente es la que hay entre actividad solar y crecimiento de las plantas. El espesor de los anillos de los árboles es mayor durante la época de máxima actividad del Sol.

El Sol y la vida en la Tierra

Uno de los fenómenos básicos en la evolución de los seres vivos sobre nuestro planeta es la fotosíntesis, proceso en virtud del cual los organismos con clorofila, como las plantas verdes, las algas y algunas bacterias, capturan energía en forma de luz y la transforman en energía química. Prácticamente toda la energía que consume la vida de la biosfera terrestre procede de la fotosíntesis y, sin el Sol, esta sería imposible.

Incluso se especula que la historia de la humanidad puede estar influenciada por ella. En 1789, el año de la Revolución Francesa, se tuvo el máximo de actividad solar. Tal vez fue sólo un caso, porque otros acontecimientos históricos importantes se produjeron en períodos de baja actividad.

Las interrogantes aún existentes sobre nuestra estrella son muchas. La primera entre todas es la relativa a su vida: ¿por cuanto tiempo continuará el Sol proporcionando a la Tierra la energía vital? El proceso vital del Sol es el mismo que proporciona la energía para una bomba H y el propio Sol es comparable a la explosión controlada de millones y millones de bombas de hidrógeno que estallan ininterrumpidamente. Sólo puede decirse una cosa: cuando este ciclo se interrumpa y el Sol se apague, habrán transcurrido miles de millones de años.


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