Planeadores propulsados por cohetes

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La idea de un planeador impulsado por cohetes es tan antigua como las primeras máquinas voladoras. Los intentos de construir algo similar, incluso con otros fines, se remontan a los años 1920, cuando la moda de los cohetes invadió Europa.

En 1928 Friedrich Stamer logró volar a lo largo de un kilómetro en un pequeño planeador impulsado por dos minúsculos cohetes. Un año después Fritz von Opel, el magnate de los coches, voló en un planeador casi igual un kilómetro y medio en las cercanías de Frankfurt. El planeador, impulsado por 16 cohetes a combustible sólido, alcanzó la velocidad de 153 km. horarios y logró permanecer en el aire durante 75 segundos.

A mediados de los años 1930 Werner von Braun, un joven científico alemán destinado a convertirse en uno de los padres de la astronáutica, estudiaba la posibilidad de realizar un planeador con propulsión por cohetes. Los estudios estaban sobre todo dirigidos al desarrollo del motor-cohete para realizar misiles balisticos.

Dos fueron los planeadores que se experimentaron: el Heinkel 176, el primer aeroplano impulsado por cohetes, y la famosa V2. Pero el grupo de científicos que trabajaba con von Braun fue más allá: proyectó un cohete de dos secciones capaz de atravesar el Atlántico. La primera sección fue llamada "A10", la segunda, "A9" y estaba provista de alas. La A9 había sido ideada para llegar a Nueva York llevando en su bodega una mortífera carga de una tonelada de explosivo de alta potencia.

Aunque este cohete transatlántico nunca llegó a ser realidad, el proyecto fue, en la práctica, un primer intento para realizar una aeronave impulsada por cohetes.

Un desarrollo más ambicioso y sofisticado de esta idea fue propuesto en los años 1940 por el ingeniero vienés Eugen Sanger, que proyectó otro bombardero planeador impulsado por cohetes. La aeronave habría debido alcanzar una altura de 161 km. a una velocidad de 6 km/seg., y habría entrado en la atmósfera bajando como un planeador. Gracias al cálculo de un determinado ángulo de planeo, habría logrado recorrer algo así como 15.000 km.

Este estudio, nunca llevado a la práctica, sirvió de inspiración al proyecto de la Air Force denominado "Dyna Soar", más adelante rebautizado "X-20". Se trataba de un planeador con una longitud de 10 m., con pequeñas alas delta y dos alerones gemelos verticales en los extremos de las alas. Puesto en órbita por un transportador "Titan lll", el "X-20" debía volver a entrar en la atmósfera y planear horizontalmente.

A comienzos de los años 60, el proyecto "Dyna Soar" fue abandonado porque la NASA llevó adelante el programa espacial con hombres a bordo. De todos modos, la aeronave supersónica "X-20" quedó como el prototipo para los sucesivos experimentos y, en la práctica, es el punto de partida de la idea que llevará a la realización del Space Shuttle y los sucesivos transbordadores espaciales.

Los proyectos preliminares de la lanzadera espacial también sufrieron la influencia de otra vieja propuesta: el avión de pasajeros intercontinental ideado por Aalter Dornberger y Kraft Ehricke. Se trataba de un planeador formado por dos aeroplanos con alas delta. La primera sección, más grande, era impulsada por 5 cohetes; la segunda, que debía albergar a los pasajeros, por 3 cohetes; 130 segundos después del lanzamiento, las secciones se separarían: el cohete auxiliar volvería a tierra, mientras la segunda sección continuaría el viaje a una velocidad de 13.500 km/h. y a una altura de 44 km., para después empezar a planear.

En el transbordador espacial, después de haber despegado como un cohete, la nave se separaba del transportador para seguir su viaje orbitar alrededor de la tierra y retornar planeando sin utilizar motores.

Los tests sobre el prototipo del Shuttle Orbiter Enterprise (la lanzadera fue llamada así en homenaje a los millones de fans de la serie televisiva de ciencia-ficción Star Trek) comenzaron en febrero de 1977 en el Dryden Flight Research Center de la NASA, en la base de Edwards, California. El Enterprise fue colocado en el dorso de un Boeing 747, especialmente modificado para realizar una serie de ensayos de vuelo, primero sin tripulación y después con hombres a bordo.

El primer ensayo de vuelo libre con tripulación fue realizado el 12 de agosto de 1977, cuando los astronautas Fred W. Haise y C. Gordon Fullerton, abandonaron el avión-madre, planearon y aterrizaron sin problemas después de un vuelo iniciado a unos 7.000 metros de altura.


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